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Continuación de nuestra historia: ¡Match!


 

Anteriormente, os contamos que ya teníamos cinco embriones aptos para las transferencias, y que ahora nos tocaba esperar para poder conocer a una mujer gestante que decida ayudarnos con nuestro proceso.

Pues bien, después de unas semanas nuestra coordinadora se puso en contacto con nosotros para decirnos que tenía un perfil de mujer gestante para que lo revisáramos. Nos envió todos los datos y nos comentó que, tras leerlo, consultásemos con ella todas las posibles dudas que pudieran surgir, y que si al final nos gustaba dicho perfil vendría un segundo paso, y es que la chica también tenía que leer el nuestro y decidir si quería seguir adelante con nosotros.

Tras intercambiar un par de mensajes sobre algunas preguntas que nos surgieron, decidimos que sí queríamos que le presentaran nuestro perfil a Laura (nombre ficticio). Si recordáis, uno de los requisitos iniciales, al margen de los estudios psicológicos y socioeconómicos que nos hicieron, era el de rellenar nuestro perfil y adjuntar algunas fotografías nuestras para que llegado este momento, la futura gestante pudiera conocer algo sobre nosotros y decidir si quería conocernos o no.

Así pues, Laura leyó nuestro perfil, vio nuestras fotografías y decidió que sí, que quería conocernos. Se programó una videollamada como viene siendo habitual y hace una semana pudimos vernos.

La reunión fue maravillosa. Al margen del nerviosismo por ambas partes, Laura manifestó que estaba muy ilusionada con la idea de ayudar a una pareja a formar su propia familia. Le preguntamos cómo había decidido dar el paso de gestar un bebé para una familia y la verdad es que su respuesta nos dejó impactados: al parecer, cuando Laura tuvo a su hija, tenía claro que ella ya no quería tener más descendencia. Pensó en operarse para evitarlo, pero entre tanto escuchó el testimonio de una mujer gestante estadounidense en una popular red social. Se quedó tan impresionada que contactó con ella para saber más sobre el tema y le gustó tanto su historia que decidió que ella haría lo mismo por otra familia algún día. Así que esa motivación al cabo de los años no desapareció y así ha sido como nuestros caminos se han entrelazado. Laura aprovechó también para hacernos varias preguntas, interesándose en cómo nos habíamos conocido y qué es lo que nos motivaba a ser padres. Conforme avanzaba la conversación, nos dimos cuenta que los nervios iban desapareciendo y que la ilusión y motivación de Laura eran totalmente genuinas. Su cara de felicidad, su lenguaje corporal, su interés en nosotros... absolutamente todo hablaba muy positivamente de ella.

Nosotros también le preguntamos sobre algo que también consideramos de suma importancia: dado que por motivos obvios no podemos estar allí físicamente durante el embarazo, le preguntamos qué apoyos tenía ella, si se lo había contado a sus allegados y cómo habían acogido la idea. Nos respondió que las personas más cercanas a ella son su madre, su hermana y su hija y que se lo había contado a las tres. Todas estaban de acuerdo con Laura y le mostraban todo su apoyo, así que eso transmitía tranquilidad, tanto para ella como para nosotros.

Cómo no, aprovechamos la oportunidad para darle las gracias. Tanto si decidía ayudarnos como si no, el simple hecho de contarnos qué la había llevado a considerar la posibilidad de ser mujer gestante ya decía mucho de ella y de las cientos de mujeres que ayudan a gente como nosotros. Le recalcamos que para nosotros era muy importante porque dada la situación sobre la gestación subrogada en España, es realmente conmovedor pensar que personas que están a 10.000 km de aquí están dispuestas a ayudarte a conseguir tu sueño de formar una familia y que esa gratitud se extiende no solo a ella, sino también a las donantes de óvulos y a todo el equipo de profesionales que hay detrás ayudándonos. Este momento fue realmente entrañable, pues Laura se mostraba como "tímida" al darle las gracias y nos respondió que ella también nos daba las gracias por haber querido conocerla y darle la posibilidad de llevar a cabo ésta idea a la que llevaba tantos años dándole vueltas.

Al final de la reunión, nuestra coordinadora y la de Laura, que en todo momento habían estado presentes en la videollamada por si surgía alguna duda, nos comentaron que ambas partes disponíamos de 48 horas para decidir si queríamos seguir adelante o no. Laura ni siquiera esperó a colgar la llamada y manifestó que sin duda quería seguir y ayudarnos y por nuestra parte también fue así.

Al día siguiente nos mandaron lo que ellos llaman "Match Sheet", un documento que hace oficial el deseo mutuo de continuar con el proceso juntos, consolidando el emparejamiento o "match". Una vez firmado tanto por Laura como por nosotros, se nos informó que en los próximos días recibiremos el contrato de la gestante para que el despacho de abogados de España y el de México lo revisen y se aseguren de que es justo para ambas partes. Una vez firmado el contrato, debemos esperar entre un mes o mes y medio para que Laura acuda a unas revisiones médicas y que se pueda comenzar con la primera transferencia embrionaria cuando el doctor considere que es el mejor momento.




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“ Me pregunto si las estrellas se iluminan con el fin de que algún día, cada uno pueda encontrar la suya”. El Principito - Antoine de Saint-Exupéry